Qué es y para qué sirve el aceite de orégano

Qué es y para qué sirve el aceite de orégano

Suplementos para mujeres: cómo apoyar tu salud hormonal y bienestar general Leyendo Qué es y para qué sirve el aceite de orégano 8 minutos

El aceite de orégano ha ganado notoriedad como un suplemento natural con propiedades antimicrobianas, antioxidantes y antiinflamatorias. Extraído de las hojas de Origanum vulgare, una planta aromática ampliamente utilizada en la cocina mediterránea, este aceite esencial ha despertado el interés de la ciencia por su potencial para combatir bacterias, hongos y virus, así como para modular el sistema inmunitario. Pero ¿qué dice realmente la evidencia? ¿Es tan eficaz como prometen algunos titulares? En este artículo analizaremos qué es exactamente el aceite de orégano, cómo actúa en el organismo, cuáles son sus posibles beneficios para la salud y en qué casos conviene tener precaución al utilizarlo. Un recorrido riguroso y accesible para entender si este pequeño gran concentrado vegetal puede tener un lugar en tu botiquín natural.

 

Índice

 

 

Composición y principios activos del aceite de orégano

El aceite esencial de orégano se obtiene por destilación al vapor de sus hojas secas, y contiene una mezcla compleja de compuestos bioactivos. Los más estudiados son el carvacrol y el timol, dos fenólicos responsables en gran parte de su efecto antimicrobiano. El carvacrol puede representar entre el 60 % y el 80 % del volumen total, mientras que el timol suele oscilar entre el 5 % y el 10 %. También contiene flavonoides, terpenos y ácidos fenólicos, todos ellos con potencial antioxidante.

La concentración de estos compuestos varía según la especie de orégano utilizada, las condiciones de cultivo, el momento de cosecha y el método de extracción. Esto explica por qué no todos los aceites de orégano disponibles en el mercado tienen la misma potencia ni los mismos efectos.

 

Propiedades antimicrobianas: ¿mito o realidad?

Una de las propiedades más difundidas del aceite de orégano es su capacidad para combatir bacterias, virus y hongos. Diversos estudios in vitro han demostrado que el carvacrol es eficaz frente a Escherichia coli, Salmonella, Staphylococcus aureus, e incluso cepas resistentes a antibióticos como MRSA. También se ha observado actividad antifúngica frente a Candida albicans, un hongo oportunista común en infecciones vaginales y bucales.

En modelos animales, el aceite de orégano ha mostrado reducir la carga microbiana y aliviar los síntomas de infecciones respiratorias o digestivas. Sin embargo, la evidencia clínica en humanos aún es limitada y mayoritariamente preliminar. La mayoría de los ensayos disponibles utilizan extractos combinados o formulaciones específicas, lo que dificulta aislar el efecto del aceite puro.

Pese a ello, su potencial como apoyo natural frente a infecciones leves, especialmente respiratorias o digestivas, sigue siendo una de las aplicaciones más prometedoras.

 

Aceite de orégano y sistema inmunitario

El uso del aceite de orégano como modulador del sistema inmune no está tan documentado como sus efectos antimicrobianos, pero algunas investigaciones sugieren que podría tener un efecto indirecto en la respuesta inmunitaria.

Por un lado, al reducir la carga microbiana, facilita que el organismo se recupere más rápidamente de infecciones. Por otro, el carvacrol ha mostrado en modelos experimentales la capacidad de influir en ciertas citoquinas proinflamatorias, como la interleucina-6 (IL-6) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), lo cual podría mejorar la respuesta inmune en situaciones de inflamación crónica o infección.

Aunque no es un inmunoestimulante directo como la equinácea o el astrágalo, puede ser útil como complemento puntual durante épocas de estrés inmunológico, como cambios de estación o tras procesos gripales.

 

Efecto antioxidante y antiinflamatorio

El aceite de orégano es también una fuente interesante de antioxidantes, gracias a su contenido en flavonoides y compuestos fenólicos. Estos componentes ayudan a neutralizar radicales libres y a reducir el daño oxidativo, un proceso implicado en el envejecimiento celular y en enfermedades crónicas como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.

Por su parte, el carvacrol ha sido estudiado por su capacidad para modular vías inflamatorias. Se ha observado que puede inhibir enzimas como la ciclooxigenasa (COX-2) y la lipoxigenasa (LOX), relacionadas con la producción de prostaglandinas inflamatorias.

Este doble efecto antioxidante y antiinflamatorio lo posiciona como un apoyo natural interesante en afecciones donde el estrés oxidativo tiene un papel clave, aunque su uso debe estar bien fundamentado y no sustituir tratamientos médicos convencionales.

 

Usos tradicionales y evidencia moderna

En la medicina tradicional mediterránea y de Medio Oriente, el orégano se ha utilizado desde hace siglos como remedio para problemas respiratorios, digestivos, cutáneos e incluso menstruales. Se empleaba en infusiones, ungüentos y cataplasmas, y en algunas regiones se inhalaban sus vapores para aliviar la congestión nasal.

Hoy en día, se comercializa mayoritariamente en forma de aceite esencial o cápsulas. Sus usos más comunes incluyen:

  • Apoyo en casos de resfriado, gripe o bronquitis leve

  • Alivio de molestias digestivas como hinchazón o disbiosis

  • Prevención o tratamiento complementario de infecciones urinarias y vaginales

  • Uso tópico en infecciones cutáneas, acné o pie de atleta (siempre diluido)

Pese a la popularidad creciente, es importante recordar que gran parte de estos usos se basan en tradición o estudios preliminares. Por tanto, no debe considerarse un sustituto de tratamientos médicos ni aplicarse sin conocimiento adecuado.

 

Cómo se toma el aceite de orégano: dosis y formatos

El aceite de orégano puede encontrarse en varias formas:

  • Aceite esencial puro: extremadamente concentrado, sólo se usa diluido en aceites vegetales para aplicaciones tópicas o en difusión aromática. Nunca debe ingerirse puro.

  • Cápsulas blandas o perlas: contienen aceite diluido en aceite portador, y están diseñadas para su consumo oral. Suelen ser la forma más segura y práctica para uso interno.

  • Extractos líquidos: mezclas de aceite esencial con otros aceites o solventes. Pueden dosificarse por gotas bajo supervisión.

Las dosis más habituales en adultos oscilan entre 100 y 200 mg de aceite estandarizado al 80 % de carvacrol, 1 o 2 veces al día durante un periodo corto (máximo 10-14 días). Para uso tópico, se recomienda una dilución mínima del 2 % en aceite portador (como jojoba o coco).

En todos los casos, es esencial seguir las indicaciones del fabricante y consultar con un profesional de la salud si se trata de personas embarazadas, lactantes o con patologías crónicas.

 

Precauciones, contraindicaciones y efectos secundarios

El aceite de orégano es potente, y su uso sin conocimiento puede acarrear efectos no deseados:

  • Puede causar irritación en piel o mucosas si se aplica sin diluir.

  • Su ingestión excesiva puede provocar molestias gástricas, diarrea o reacciones alérgicas.

  • No se recomienda en embarazo ni lactancia debido a la falta de estudios en estas etapas.

  • Puede interactuar con anticoagulantes, hipoglucemiantes y otros fármacos.

Además, su uso prolongado podría alterar la microbiota intestinal, afectando tanto bacterias patógenas como beneficiosas. Por ello, no se recomienda su consumo continuo más allá de 2 semanas salvo indicación experta.

 

Aceite de orégano: ¿cuándo sí y cuándo no usarlo?

El aceite de orégano puede ser un aliado valioso en tu botiquín natural, siempre que se utilice con criterio. Su potencia antimicrobiana y su capacidad antiinflamatoria lo hacen útil para complementar el manejo de infecciones leves, apoyar al sistema inmunitario en momentos puntuales y reducir síntomas relacionados con el estrés oxidativo.

Sin embargo, no es un remedio mágico ni un reemplazo de tratamientos médicos. Como todo suplemento, debe utilizarse con respeto, conocimiento y bajo asesoramiento profesional.

En Aldous Bio, valoramos los principios activos naturales como el aceite de orégano, siempre que su uso esté respaldado por la ciencia y se integre dentro de una estrategia de salud responsable y sostenible. Elegir productos ecológicos, sin aditivos y bien formulados es tan importante como saber cuándo y cómo usarlos.