¿Por qué se dice que el intestino es el «segundo cerebro»?

Descubre qué es el eje intestino-cerebro y cómo puedes cuidarlo

¿Sabías que cuidando el intestino no solo se puede mejorar la digestión, sino quetambién se puede regular el estado de ánimo? ¡Sí! Esto se debe a la estrecha conexión entre el intestino y el cerebro. Para mantener un buen humor, cuidar el intestino es clave. Si quieres saber por qué se dice que este órgano es el «segundo cerebro» y cuál es la mejor forma de cuidarlo, sigue leyendo.

El intestino es conocido como el «segundo cerebro» debido a la presencia de una gran cantidad de nervios y neurotransmisores en el tracto gastrointestinal. ¿Alguna vez has sentido «mariposas en el estómago» por amor? ¿O malestar estomacal por estrés? Eran tu intestino y tu cerebro hablando entre sí. Están conectados a través de lo que se conoce como el eje intestino-cerebro, lo que significa que el estado del intestino puede influir en el cerebro y viceversa.

¿Qué es el eje intestino-cerebro?

El eje intestino-cerebro es un término utilizado para describir la comunicación bioquímica bidireccional entre el sistema nervioso entérico, que controla el aparato digestivo, y el sistema nervioso central, que controla el cerebro y la médula espinal. Esta comunicación se lleva a cabo mediante neurotransmisores, hormonas y señales nerviosas.

Cuidar el intestino puede ayudar con algo más que la digestión o la regulación del apetito, también puede mejorar el bienestar emocional. Diversos estudios sugieren que un intestino sano puede tener una influencia positiva en las emociones. De hecho, alrededor del 90 % de la serotonina del organismo (conocida como «la hormona de la felicidad») se produce en el intestino.

Una flora intestinal desequilibrada puede contribuir a problemas como el estrés, la ansiedad o la depresión, mientras que una flora intestinal saludable puede ayudar a reducir el estrés y a mejorar el estado anímico.

Así es como puedes cuidar el eje intestino-cerebro

Para cuidar el intestino, es importante seguir una dieta saludable y equilibrada que incluya alimentos ricos en fibra y probióticos, microorganismos vivos que ayudan a mantener o mejorar las «bacterias buenas» en el intestino y contribuyen a un mejor funcionamiento de la flora intestinal.