7 cambios del otoño que debes tener en cuenta
En esta estación, ¡necesitas ser tu mejor versión! Descubre cómo puedes conseguirlo
El otoño es una estación de cambios importantes, tanto en el tiempo como en nuestras vidas. ¿Sabías que estos cambios, aparentemente inofensivos, pueden alterar desde nuestro sistema inmunológico hasta nuestra libido? Para evitar que nos afecten, es importante estar bien preparados. Siguiendo estos consejos e incluyendo complementos alimenticios Aldous en tu rutina diaria, serás tu mejor versión y disfrutarás del otoño al máximo. Sigue leyendo para descubrir los siete cambios que debes tener en cuenta este otoño y cómo afrontarlos de la mejor forma posible.

1. Cambio de hora
Con la llegada del otoño, es hora de atrasar nuestros relojes para volver al horario de invierno. Aunque algunas personas se alegran por poder dormir una hora más, a la mayoría nos cuesta adaptarnos al nuevo horario. Esto se debe a que nuestro cuerpo tiene un ciclo natural, llamado ritmo circadiano, que se sincroniza con la luz y la oscuridad. Al cambiar la hora, nuestro ritmo circadiano se ve interrumpido y puede provocar somnolencia, dolor de cabeza, problemas de concentración o cambios de humor.
Para evitar estos problemas, trata de mantener tu rutina habitual levantándote, acostándote, comiendo y haciendo ejercicio a la misma hora a la que suelas hacerlo normalmente. También puedes tomar un complemento alimenticio que te proporcione un extra de energía, un mayor rendimiento mental y un mejor estado de ánimo.

2. Días más cortos
Otro cambio que trae consigo el otoño son los días más cortos. Debido a que la Tierra está más inclinada en su órbita alrededor del Sol durante esta estación, cada día tiene menos horas de luz solar. Pasar poco tiempo expuestos a la luz del sol afecta nuestra producción de vitamina D, esencial para la salud ósea, la función muscular y el sistema inmunológico, y de serotonina, conocida como la «hormona de la felicidad» por regular las emociones.
Si no quieres que la falta de luz solar te afecte, procura pasar al menos 30 minutos al día al aire libre y buscar actividades que te hagan sentir bien. También es muy recomendable consumir un complemento alimenticio con vitamina D para cuidar tus huesos, articulaciones y músculos o un precursor de serotonina natural como el triptófano para conseguir y mantener un buen estado anímico.

3. Problemas de sueño
La alteración del sueño es otro cambio común que se produce durante el otoño. Esto se debe a los desajustes en el ritmo circadiano, así como a la disminución de la luz solar, y conlleva dificultad para conciliar el sueño, insomnio o somnolencia.
Establecer un horario para acostarte y levantarte, no ver la televisión ni navegar por las redes sociales antes de dormir, evitar la cafeína, el alcohol y las comidas copiosas por la noche y tomar melatonina te ayudará a regular tu ritmo circadiano, dormir profundo, conseguir un descanso reparador y despertar con más energía.

4. Cambios de humor
Cuando los días se acortan y se vuelven más fríos, muchas personas pueden sentir más desmotivación, estrés, tristeza o irritabilidad por la disminución de serotonina y la falta de sueño. Incluso podría aparecer el trastorno afectivo estacional, un tipo de depresión que se asocia con el cambio de estación.
Para reducir el estrés y la ansiedad y mejorar tu estado de ánimo, exponte a la luz solar, haz ejercicio regularmente, practica técnicas de relajación, medita, escucha música tranquila y pasa tiempo con tus seres queridos.
También puedes tomar la ashwagandha que reduce los niveles de cortisol, la principal hormona del estrés, o triptófano que ayuda a superar el malestar emocional y puede actuar como un antidepresivo natural.

5. Defensas bajas
Es muy habitual que nuestras defensas bajen un poco durante el otoño debido a los cambios de temperatura. Esto conlleva que nuestro cuerpo esté más expuesto a virus y bacterias que pueden causar infecciones como el resfriado o la gripe.
Para evitar enfermar, procura lavarte las manos con frecuencia, seguir una dieta sana y equilibrada, entrenar con regularidad y dormir lo suficiente para fortalecer tu sistema inmunológico.
Gracias a sus potentes propiedades antiinflamatorias, la cúrcuma y el jengibre pueden ayudar a prevenir el resfriado y la tos. Por otro lado, los probióticos contribuyen a un intestino sano y, por lo tanto, a un sistema inmune más fuerte.
Por otra parte, algas ricas en proteínas y aminoácidos como la espirulina y la chlorella también ayudan a aumentar las defensas de forma natural.