Si tienes el colesterol alto y buscas una forma natural de equilibrarlo, es posible que hayas oído hablar del cardo mariano. Esta planta medicinal, usada desde hace siglos para proteger el hígado, ha llamado la atención de la ciencia moderna por su potencial para mejorar los niveles de colesterol. Gracias a su principio activo, la silimarina, el cardo mariano podría influir en el metabolismo lipídico a través de sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y hepatoprotectores.
Pero, ¿es cierto que el cardo mariano ayuda a reducir el colesterol LDL? ¿Cuál es su relación con la salud hepática? En este artículo revisamos los beneficios del cardo mariano para el colesterol, explicamos sus mecanismos de acción en el organismo, y analizamos la evidencia científica más actual. Si buscas un complemento natural respaldado por estudios y con efectos en el metabolismo del colesterol, sigue leyendo.
Índice
- Principio activo del cardo mariano: la silimarina
- Mecanismos del cardo mariano en el organismo
- Efectos antioxidantes del cardo mariano
- Cardo mariano y salud hepática
- Relación entre hígado y metabolismo del colesterol
- Evidencia científica sobre cardo mariano y reducción de colesterol
Principio activo del cardo mariano: la silimarina
El principal responsable de los efectos beneficiosos del cardo mariano es un complejo de flavonolignanos conocido como silimarina. Esta sustancia se encuentra principalmente en las semillas de la planta Silybum marianum, y está compuesta por varios compuestos bioactivos, entre ellos silibina (o silibinina), silidianina y silicristina. La silibina es la fracción más abundante y la más estudiada por su actividad biológica.
La silimarina posee una estructura química que le confiere una fuerte actividad antioxidante y hepatoprotectora. Se ha demostrado que puede estabilizar las membranas celulares del hígado, impedir la penetración de toxinas y estimular la síntesis de proteínas, lo que favorece la regeneración hepática. Además, actúa como modulador de ciertas enzimas del metabolismo hepático y de transportadores de membrana implicados en el manejo de lípidos.
Estos compuestos no solo se han investigado en modelos animales, sino también en estudios clínicos con humanos, especialmente en personas con enfermedades hepáticas crónicas, lo que ha cimentado su reputación en el ámbito terapéutico natural.
Mecanismos del cardo mariano en el organismo
El cardo mariano actúa en el organismo a través de múltiples mecanismos, siendo los más importantes los siguientes:
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Estabilización de membranas celulares: la silimarina impide que compuestos tóxicos dañen las membranas de los hepatocitos, lo cual es clave para mantener la función hepática.
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Estimulación de la síntesis de ARN polimerasa I: esto promueve la regeneración de las células hepáticas, una función esencial para mantener el metabolismo del colesterol.
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Inhibición de enzimas proinflamatorias: como la ciclooxigenasa (COX) y la lipoxigenasa (LOX), reduciendo la inflamación sistémica.
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Aumento de la actividad de la superóxido dismutasa (SOD) y otras enzimas antioxidantes endógenas, fortaleciendo las defensas celulares frente al estrés oxidativo.
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Modulación del metabolismo lipídico: la silimarina parece afectar la expresión de genes relacionados con la síntesis y eliminación del colesterol, especialmente en el hígado.
Estos mecanismos explican la relación entre cardo mariano y colesterol, y cómo el cardo mariano puede tener un papel en la regulación de lípidos, además de su función hepatoprotectora tradicional.
Efectos antioxidantes del cardo mariano
El estrés oxidativo juega un papel central en la disfunción hepática y en la elevación del colesterol LDL (colesterol "malo"), ya que este tipo de colesterol, cuando se oxida, puede depositarse en las paredes arteriales y contribuir a la formación de placas ateroscleróticas.
La silimarina actúa como un potente antioxidante de varias formas:
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Neutraliza radicales libres directamente.
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Estimula la producción de glutatión, uno de los antioxidantes endógenos más importantes del cuerpo.
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Protege las mitocondrias de los hepatocitos frente al daño oxidativo.
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Reduce la peroxidación lipídica, un proceso mediante el cual las grasas se oxidan y dañan las membranas celulares.
Al reducir el estrés oxidativo, la silimarina no solo protege al hígado sino que también puede contribuir a disminuir la oxidación del colesterol LDL, un factor clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Cardo mariano y salud hepática
El hígado es el órgano central en la regulación del metabolismo del colesterol. Participa en la síntesis, almacenamiento y eliminación del colesterol y otras grasas. Si el hígado no funciona correctamente, estos procesos se ven alterados, lo que puede dar lugar a un aumento del colesterol plasmático.
El cardo mariano ha demostrado eficacia en diversos cuadros hepáticos, como esteatosis hepática (hígado graso), hepatitis viral y tóxica, cirrosis y daño hepático inducido por fármacos o alcohol.
En estos contextos, el uso de extractos estandarizados de silimarina ha contribuido a mejorar los valores hepáticos (como las transaminasas), aliviar síntomas y, en muchos casos, mejorar el perfil lipídico de los pacientes. Su capacidad para regenerar hepatocitos y mejorar la función biliar es especialmente relevante para el manejo del colesterol, dado que la excreción biliar es una de las principales vías de eliminación del colesterol del organismo.
Relación entre hígado y metabolismo del colesterol
El hígado sintetiza aproximadamente el 80% del colesterol corporal. También produce las lipoproteínas (LDL, HDL, VLDL) que transportan el colesterol en la sangre. Además, convierte el colesterol en ácidos biliares, que luego se excretan en el intestino.
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Cuando el hígado está inflamado o dañado, esta maquinaria se desequilibra:
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Aumenta la producción de colesterol LDL.
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Disminuye la producción de colesterol HDL.
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Se reduce la capacidad de eliminar colesterol a través de la bilis.
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Aumenta la acumulación de lípidos en el hígado, lo que favorece la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico.
Por tanto, proteger y mejorar la función hepática es esencial para restaurar un metabolismo lipídico sano. El cardo mariano, al actuar sobre el hígado, tiene un efecto indirecto pero significativo sobre los niveles de colesterol.
Evidencia científica sobre cardo mariano y reducción de colesterol
Varios estudios clínicos han evaluado el efecto de la silimarina en los niveles de colesterol, con resultados prometedores.
Estudios en pacientes con hígado graso no alcohólico (NAFLD) han mostrado que el tratamiento con silimarina puede reducir significativamente los niveles de colesterol total, LDL y triglicéridos, especialmente cuando se combina con dieta y ejercicio.
Un metaanálisis de 2020 que incluyó ensayos clínicos aleatorizados reportó mejoras moderadas en el perfil lipídico tras el uso de silimarina, con una reducción media del colesterol total de entre 10 y 20 mg/dL en varios estudios.
En estudios con pacientes diabéticos o con síndrome metabólico, también se han observado reducciones en los niveles de colesterol y marcadores de inflamación hepática.
La combinación de silimarina con otros antioxidantes (como vitamina E o ácido alfa-lipoico) ha mostrado efectos sinérgicos en la mejora del perfil lipídico.
Es importante señalar que, aunque los resultados son alentadores, la silimarina no sustituye a los tratamientos médicos convencionales en casos graves de dislipidemia. Sin embargo, la relación entre cardo mariano y colesterol es evidente, y puede representar una herramienta complementaria eficaz y segura en muchos casos.
Cardo Mariano
con Alcachofa, Cúrcuma, Diente de León y Desmodium
